viernes, 21 de septiembre de 2007

El Quijote resumido

¡Temblad, gigantes del mundo!
Don Alonso Quijano cambió su nombre. Le gustaban tanto los libros de caballería que se volvió loco. Ni comía, ni dormía y en vez de sopitas y paseitos decidió ser caballero andante y llamarse Don Quijote.
Buscó una armadura vieja, la arregló y se sintió muy feliz. Luego le puso el nombre Rocinante a su caballo. Después eligió una princesa, a la que llamó Dulcinea del Toboso.

Dulcinea no tiene ojos de sapo
Un día, al amanecer, Don Quijote partió en busca de aventuras. Cabalgando se encontró con un mercader, al que preguntó por Dulcinea. Como no le gustó su respuesta apuntó con su lanza al mercader. Pero Rocinante tropezó y el mercader dio una paliza a Don Quijote, que estaba tirado en el suelo. Un vecino, que lo vio, lo llevó a su casa.
La criada, el cura y el barbero, asustados, le quemaron los libros
Cuando Don Quijote se curó se fue a buscar a un tal Sancho Panza y lo nombró su escudero.

La noche de los lios
Don Quijote buscando aventuras con Sancho creyó que los molinos que veía a lo lejos eran gigantes. Clavó su lanza en una de las aspas y cayó al suelo.
Más tarde llegó a una venta y se fueron a dormir al pajar.
Esa noche confundió a Maritornes con una princesa, se peleó con un mulero y con el amo de la venta.
Para curar sus heridas tomaron el bálsamo de Fierabrás, que produjo vómitos y cagalera en Sancho.
A la mañana siguiente se fueron de la venta sin pagar, pero no sin antes llevarse Sancho un buen “manteo”.

La guerra de los rebaños
Un día se encontraron con un rebaño de ovejas y lo tomó por un ejercito. Los pastores, entonces, apedrearon a D. Quijote. Bebió, para curarse, el bálsamo milagroso que produjo los vómitos de caballero y escudero.
Tuvieron otras aventuras, como el encuentro con un escudero vizcaino que le cortó media oreja, y la de un grupo de monjes que creyó eran demonios. Ante tantas desgracias, Sancho pensó que era mejor volverse a casa y no se volvía porque le había tomado cariño a su amo.
Otro día se encontró con un barbero, que asustado, olvidó su bacía. Don Quijote se la puso en la cabeza como si fuese el yelmo de Mambrino.

Misión en Micomicón

Pero no todo era malo. Un día se encontraron en Sierra Morena un pañuelo con más de cien monedas de oro. Don Quijote le dio las monedas a Sancho y lo mandó al Toboso con una carta para Dulcinea y le prometió a cambio tres borricos.
Al regresar encontró Sancho en la venta al barbero y al cura que le preguntaron por Don Quijote. Allí se encontraba una dama. llamada Dorotea, dispuesta a ayudar a devolver a Don Quijote a la aldea. Dorotea se puso de rodillas ante Don Quijote para pedirle que fuera al reino de Micomicón a matar al gigante Pandafilando de los ojos bizcos... y lo convencieron.

Don Quijote viaja en jaula

Volvieron todos a la venta y el cura prometió pagar esta vez. Pero allí D. Quijote metió la pata, pues pinchó los pellejos de vino como si fuesen gigantes. Decidieron subirlo a un carro con una jaula hecha de cañas y acompañarlo vestidos de fantasmas. Por el camino se encontraron una procesión que creyó que era una princesa en apuros.
Por fin llegaron al Toboso; Sancho con sus cien monedas de oro y D. Quijote con la promesa de nuevas aventuras.
FIN